La producción agropecuaria orgánica, como una actividad creciente y un sistema de producción alternativo, con respeto del medio ambiente, que contribuye a la seguridad alimentaria de los pueblos y responde al reto de la sociedad por lograr la sostenibilidad, requiere de un diagnóstico para conocer la situación actual de este tipo de actividad en Panamá, en las diferentes fases de la cadena agroalimentaria.
La agricultura orgánica en Panamá inicia a principios de la década de los 90, con el esfuerzo de iniciativas privadas e instituciones comprometidas con grupos de indígenas y campesinos que trabajan la tierra de una forma natural, sin uso de químicos sintéticos; así como de grupos ambientalistas, que ven en los productos orgánicos un mecanismo para contribuir al mejoramiento del ambiente y la salud de las personas.
Los primeros en organizarse fueron los consumidores de alimentos orgánicos, generalmente extranjeros radicados en ciudad de Panamá, se organizaron en un grupo denominado VACURU, y apoyaron a los productores orgánicos a través de incentivos y el Grupo PROCOSOL que promovieron la producción y comercialización de productos orgánicos generalmente hortalizas y granos básicos.
En la Comarca Ngäbe Bugle en el 2006 se crea la Asociación Mixta de Productores Orgánicos Ngäbe Bugle, con cede en la Comunidad de Hato Horcón, distrito de Nole Duima, dedicados a la producción de arroz en fangueo, maíz fréjoles y hortalizas varias, para su auto consumo y la comercialización local. En el 2002 se crea la Asociación de Productores Orgánicos de Herrera en los distritos de Ocu, Las Minas y Los Posos, dedicada a la producción de granos básicos, raíces, tubérculos y plátano.